La Alhambra (Granada) es origen de una multitud de leyendas e historias que a lo largo de los siglos han ido surgiendo a partir de transmisión oral y escrita de hechos naturales y sobrenaturales mezclados, que han pasado de generación en generación creando una delgada línea entre el mito y el suceso verídico. Un patrimonio intangible de gran valor e importancia. Algunas de sus leyendas más famosas fueron recogidas por uno de sus moradores más ilustres: Washington Irving. Un viajero norteamericano que contribuyó a perpetuar su mito romántico escribiendo el popular Cuentos de la Alhambra en 1829.
Te contamos algunas de estas y otras leyendas del monumento nazarí:
La leyenda de El Soldado Encantado:
Cuentan de un estudiante salmantino que, llegado a Granada con el fin de recabar fondos para sufragar sus estudios, reparó en un anacrónico soldado que vagaba por los bosques de La Alhambra, vestido con armadura y portando una lanza. Se acercó a preguntarle y éste le respondió que penaba desde hace 300 años por una maldición lanzada por un alfaquí musulmán, que le conjuró a custodiar por toda la eternidad el tesoro de Boabdil, otorgándole licencia para salir de la estancia del botín sólo una vez cada cien años. El estudiante, interesado en su problema, y avisado de las riquezas que podría hallar en el escondrijo, le ofreció su ayuda. Debía buscar una joven cristiana y un sacerdote en ayuno para deshacer el hechizo. El joven consiguió a la primera sin esfuerzo, pero el único cura que estuvo dispuesto a acompañarle estaba aquejado de gula impenitente. A mitad de conjuro, el clérigo se abalanzó sobre los manjares que estaban preparados para el final del sortilegio, rompiendo la tregua del hechizo, y dejando dentro, de nuevo y para siempre, al soldado encantado.
La leyenda de la sala de los Abencerrajes:
En esta sala, que fue alcoba del sultán y por tanto carecía de ventanas al exterior, fueron asesinados los treinta y siete caballeros de la familia Abencerrajes reunidos con ocasión de una fiesta allí celebrada. El sultán ordenó decapitarlos, cegado por lo celos, insuflados por los caballeros de una familia rival, los Zenetes, que inventaron una historia de amor entre uno de los Abencerrajes y la sultana. Se cuenta que el color rojizo que aún se observa en la taza existente en esta sala, y el canal que lleva su agua hasta la Fuente de los Leones, se debe a la sangre derramada en aquella fecha.
Leyenda del Patio de los Leones:
Uno de los rincones más emblemáticos de la Alhambra es sin duda el Patio de los Leones. Cuenta la leyenda que hubo una princesa árabe llamada Zaira que viajó a Al-Andalus y se alojó en el palacio, quedando extasiada con su belleza. Su padre era un rey despiadado, que la mantenía aislada, y su madre había muerto hacía mucho, conservando la niña un talismán. La princesa conoció a un joven del que se enamoró, viéndose a escondidas. Fueron sorprendidos por el monarca, quien lo condenó a morir. La joven desolada entró a la alcoba del rey a suplicar clemencia, pero en lugar de encontrar a su padre dio con su diario, donde revelaba que había asesinado al rey y la reina, verdaderos padres de Zaira, con ayuda de sus 11 hombres. La joven enfurecida reunió en el patio al rey y a sus hombres, y el talismán de su cuello los convirtió en doce leones de piedra.
Leyenda de las tres princesas o la rosa de la Alhambra:
La llamada Torre de las Infantas alberga una de las leyendas más bonitas de la Alhambra, en la que se cuenta que hubo un rey que tenía tres hermosas hijas: Zayda, Zorayda y Zorahayda. Advertido por un astrólogo que corrían peligro de hacer un mal casamiento, indigno del rango de princesas, las encerró en una torre. Sin embargo, fue vano intento ya que las jóvenes desde su ventana se enamoraron de tres caballeros cristianos que habían sido capturados por los soldados musulmanes. Las princesas se las ingeniaron para conocer a los prisioneros, y cuando sus familias pagaron el rescate e iban a partir de la Alhambra urdieron un plan de fuga, para marcharse con ellos. Sin embargo, llegado el momento la más joven de las tres, Zorahayda, no se atrevió a huir, quedando sola. Murió joven y triste y sobre su sepultura creció una rosa, conocida como «la rosa de la Alhambra».
Los laberintos de La Alhambra:
Bajo Alhambra se encuentran numerosos pasillos, mazmorras y laberintos de apariencia tenebrosa, que se han mantenido suspendidos en el tiempo, y que son la combinación perfecta para que surjan este tipo de historias. Se dice que entre esta enorme red subterránea suceden cosas extrañas y que en ocasiones se oyen ruidos misteriosos, voces, silbidos, objetos que se mueven e incluso, ecos inexplicables, también, que tienen lugar apariciones y son muchas las personas que afirman haber sentido extrañas presencias en diferentes partes del complejo palaciego.
Y es que la arquitectura de Alhambra, plagada de símbolos, letras y señales de todo tipo, parece hacernos partícipes de un enorme misterio. Con este halo de secretos y enigmas desde Hoteles Porcel te proponemos diferentes opciones para alojarte en tu próxima visita para conocer La Alhambra y Granada, descubriendo estas y más leyendas. ¡Feliz Halloween!
Si bien es cierto que muchas celebraciones no han podido desarrollarse dada su idiosincrasia (festivales de música o fiestas populares), con Halloween no tiene motivo para suceder así. Y es que para pasarlo de miedo no hacen falta unas fechas en concreto.
No hace falta salirse del perímetro urbano, ni siquiera rebasar los límites del centro, para toparse con un Madrid que provoca escalofríos de terror. Algunas de las fachadas más conocidas de la capital ocultan leyendas de miedo, sucesos paranormales e historias macabras salpicadas de sangre:
-Casa de las Siete Chimeneas (Plaza del Rey).
El primer propietario de la casa pudo ser un montero de Felipe II de España, quien mandó construirla para su hija Elena, quien se casaría en 1569. Al poco de la boda, el esposo encontraría su muerte en la batalla de San Quintín. Su viuda no le sobreviviría mucho tiempo, falleciendo en la Casa de las Siete Chimeneas. El extraño fallecimiento de Elena pronto se convirtió en la comidilla de todo Madrid y un secreto, hasta entonces oculto, no tardó en ver la luz: Elena tenía un amante, el monarca regente, Felipe II. Fue el propio rey el que encargó abrir una investigación a fondo para esclarecer las misteriosas circunstancias del suceso, pero el cadáver de Elena había desaparecido. Es a partir de ese momento y de esa extraña desaparición cuando se empezaron a producir una serie de extraordinarias apariciones en la casa. Fueron muchos los testigos que juraron haber visto a un espectro caminando por el alero del tejado. Un fantasma que, a la vista de todos, terminaba su enigmático paseo, firme y quieto, apuntando con uno de sus brazos de forma clara hacia el Alcázar, residencia entonces del monarca.
-Palacio de Linares (Plaza de Cibeles).
La denominada leyenda de los Marqueses de Linares se remonta a mediados del siglo XIX. Por entonces José de Murga y Reolid, Marqués de Linares, comunicó a su padre que quería casarse con Raimunda de Osorio y Ortega, una joven de condición humilde. Pero a pesar de que su padre siempre le había recomendado que se casara por amor, encontró la total oposición del mismo.
La leyenda cuenta que José de Murga, revisando los documentos de su difunto padre, encontró una carta dirigida a él en la que le explicaba su oposición: Raimunda, ya su esposa, en realidad era su hermanastra como resultado de una relación con una cigarrera. De esta forma, el primer Marqués de Linares se habría casado con su propia hermana, habiendo caído, por lo tanto, en el incesto. La versión más difundida de la historia aseguraba que, tras descubrir que eran hermanos, decidieron matar a su propia hija al considerar que estaba maldita y ser una prueba fehaciente del incesto. En la época circularon una gran cantidad de versiones sobre el asesinato de la pequeña Raimunda. Unas teorías aseguran que fue emparedada en una de las estancias del propio Palacio de Linares. Otros, en cambio, dicen que se encuentra en los muros exteriores de la mansión. Otras versiones aseguran que fue ahogada por sus progenitores y posteriormente enterrada en el jardín del palacio. Supuestas psicofonías fueron recogidas en el interior del Palacio de Linares, en los que se aseguraba que se escuchaban los llantos de la niña y los lamentos de su madre.
-El nº3 de Antonio Grilo (calle Antonio Grilo, 3)
El edificio que allí se encuentra tiene casi 140 años. Se le conoce como la casa maldita, y no es para menos. Entre sus paredes se han cometido crímenes de todo tipo. El primero sucedió en 1945, cuando asesinaron a un camisero en el piso principal. Apenas diecisiete años después, el 1 de mayo de 1962, el sastre del 3ºD terminó con las vidas de su mujer y sus cinco hijos, cuyos cadáveres exhibió por el balcón al gentío, y luego se quitó la suya propia de un tiro. Dos años más tarde, una veinteañera ahogó a su propio bebé.
-Museo Reina Sofía (Calle de Santa Isabel, 52)
El edificio del Museo Reina Sofía tiene mucha historia. Antes de convertirse en un centro cultural y pictórico fue un núcleo de reclusión de dementes y de niños abandonados. Durante la Guerra Civil fue transformado en hospital y luego en prisión, por lo que era escenario de torturas y ejecuciones. Según cuentan los historiadores sus pasillos se llenaron de cadáveres. A partir de estas circunstancias han surgido algunas leyendas sobre el museo. En la segunda mitad del siglo XVI en el lugar donde está el Reina Sofía se levantó un albergue que era utilizado por mendigos y personas sin recursos. La mayoría acudía a morir en sus habitaciones y luego eran enterrados en el subsuelo. Desde ese momento, las leyendas de espíritus vagando por sus jardines y sótano han sido constantes en la historia del centro. Los funcionarios y vigilantes del actual Museo Reina Sofía comentan año tras año que en la noche hay gritos en el centro, asimismo que las puertas se abren y se cierran solas.
-Metro Tirso de Molina
A sólo 10 minutos caminando del Hotel Ganivet, en pleno centro de Madrid, se encuentra la parada de metro de Tirso de Molina. Fue inaugurada en 1921 bajo el nombre de Progreso, ya que por aquel entonces la plaza se llamaba de esa forma. Hasta 1834, en este lugar se encontraba el Convento de la Merced. En 1600 ingresa en él Fray Gabriel Téllez, dramaturgo que firmaba sus obras con el seudónimo de Tirso de Molina. Por esta razón en 1939 se rebautiza con el nombre del escritor la Plaza. Como era costumbre hace años cuando los frailes fallecían eran enterrados en un cementerio dentro del propio Convento. Cuando los obreros en plena construcción de la estación excavaron, comenzaron a aparecer los huesos y esqueletos de los que habían sido enterrados en el Convento de la Merced. Se avisó a las autoridades que no sabían qué hacer con los restos. Había varias opiniones al respecto, al final se optó por depositarlos en las paredes antes de colocar los azulejos. Enseguida aparecieron algunos viajeros que afirmaban escuchar ruidos y lamentos de los frailes cuando pasaba el vagón por la estación.
-Iglesia de San Ginés (Calle Arenal, 13)
Bajo el reinado de Pedro I, unos ladrones se adentraron en el citado lugar sagrado para saquear cualquier objeto de valor: joyas, cálices, ornamentos, etc. Sin embargo, no repararon en la presencia de un anciano que se encontraba orando en dicho momento. Los malhechores, le decapitaron con tal brutalidad que la cabeza estaba prácticamente separada del cuerpo. El suceso envolvió de tristeza el barrio. Un duelo que se convirtió en terror cuando una sombra sin cabeza se presentó días más tarde en la citada iglesia. Esta visita inesperada volvió a repetirse con un único fin: revelar la identidad de sus asesinos. Estos acontecimientos trascendieron a todo el territorio hasta que los ladrones fueron capturados y condenados a muerte por orden del rey. Así, los asesinos fueron precipitados al barranco. Pero, contra pronóstico, aquel final no sellaba su descanso: varios mendigos han sido testigos de ruidos extraños, que se ha unido a la sensación de estar siendo observados.
Escoge cualquier momento para visitarlos y conocer las leyendas más oscuras de Madrid, desde el Hotel Ganivet podrás descubrirlas todas a un paso y, además, disfrutar de los rincones y calles con más encanto del centro de la ciudad. ¡Feliz Halloween!